Trabajo en Equipo

Presentación del Modelo de Gestión de las Amenazas y el Error (TEM).

“No podemos cambiar la condición humana, pero sí podemos cambiar las condiciones en las que el ser humano se desempeña” (James Reason).
El modelo TEM se focaliza simultáneamente en el contexto operativo y en el cumplimiento de tareas operativas que realizan los individuos en ese contexto; constituyendo un marco conceptual para la comprensión del desempeño humano en condiciones de alto dinamismo y complejidad, transformando lo informal e implícito en explícito y formal. El modelo puede ser aplicado como herramienta de análisis de la seguridad centrándose en un evento único –como en el caso del análisis de un accidente/incidente determinado-; y puede también ser utilizado para comprender patrones sistémicos que involucran un gran número de eventos, y accionar efectivamente con contramedidas.

El TEM está constituido por tres componentes básicos, representados por amenazas, actos inseguros y estados indeseados, reconociendo que las amenazas y los errores forman parte del contexto operativo y deben ser gestionadas de tal modo que no generen estados indeseados. Estos estados indeseados, si resultaran inevitables, también deben ser gestionados efectivamente para evitar que impliquen resultados inseguros. Los estados indeseados son un componente tan importante del TEM como las amenazas y el error, ya que representan la última oportunidad que el sistema ofrece para evitar un evento adverso, manteniendo el contexto operativo dentro de aceptables márgenes de seguridad.

Por eso uno de los objetivos del TEM es la comprensión de la gestión del error (detección y contramedida).
En actividades cuyo dinamismo interno, estructura y consecuencias del error requieren de un alto grado de precisión y confiabilidad en todos sus procedimientos, la aplicación del TEM no sólo soporta esa confiabilidad estructural; sino que en muchas disciplinas no se admite no aplicar el modelo, aún cuando éste pueda y deba ser mejorado en forma continua.

La propuesta de generalizar la implementación de un modelo de liderazgo y gestión del error a todas las actividades, especialmente a las que involucren contextos operativos complejos, se fundamenta en que el TEM reduce efectivamente la cantidad de resultados adversos y mitiga la magnitud de las consecuencias de los que resultan inevitables. Asimismo, en condiciones normales, el modelo mantiene en forma sistémica los márgenes de seguridad establecidos y consecuentemente proporciona bienestar a todos sus componentes al alcanzar y sostener una actitud positiva y proactiva, en cuanto se logra generar las circunstancias deseadas, no ser víctima de ellas.

Siempre resulta infinitamente más fácil y cómodo culpar y castigar a un individuo, que poner bajo la lupa -cuestionando honestamente y con sentido crítico-, la integridad de la propia Organización y gestionar sistémicamente en consecuencia. En este sentido, el TEM demanda de una actitud institucional y una convicción individual absolutamente necesarios para ser implementado con éxito y beneficiarse con los resultados.